Cómo trabajamos

Ya se ha comentado lo que significa para nosotros cada vez que un cliente llama a nuestra puerta.

Cuando eso sucede, lo primero que hacemos es escuchar, oír, ver,… dejamos que el cliente nos muestre cuál es su deseo, que nos explique que pretende y como lo pensaba conseguir.

Empieza entonces la etapa de análisis exhaustivo de la localización considerando las cuestiones urbanísticas, patrimoniales, administrativas, de plazos, etc.

Elaboramos una primera propuesta que se entrega al cliente, que se le explica con detenimiento el porqué de cada cosa en relación con lo que nos expuso inicialmente como idea o deseo, y siempre con la normativa vigente como límite. Se hace entrega de la misma incluso ya retocada levemente, para que sosegadamente, se estudie, reflexione, etc, sobre las explicaciones dadas.

Tras ese paso, y una vez aclaradas las dudas y proceder a las modificaciones oportunas, nos adentramos en los detalles de la estructura, de las instalaciones, de los acabados, etc. Muchas cuestiones que ya han sido estudiadas y pensadas y ya las tenían delante de sus ojos, vuelven a ser repensadas. Se determinan todas las cuestiones estancia por estancia y espacio por espacio, se estudían las vistas, las sombras, los pasos de instalaciones, los detalles, etc… y a partir de ahí la idea inicial concretada empieza a hacerse realidad.

Dependiendo del tipo de actuación, si ésta es residencial, unifamiliar o plurifamiliar, etc o es comercial del sector retail, etc, los tiempos de espera son diferentes.

En los primeros casos, nos da margen suficiente en espera de la concesión de licencias, para asesorar y ayudar al cliente en la tramitación de las mismas y en las gestiones de contratas y subcontratas, pensando siempre en un control total de lo proyectado y para conseguir con posterioridad que el cliente esté satisfecho con lo ejecutado, sin sorpresas, sin problemas inesperados.

En los casos del sector retail, donde todo funciona más rápido, con más urgencia, estamos habituados por múltiples experiencias anteriores por todo el territorio nacional, a realizar la gestión y tramitación de las licencias, de los suministros y demás permisos o autorizaciones; a realizar la dirección y coordinación de la ejecución de las obras y finalmente a realizar la recopilación, gestión y tramitación de toda la documentación para la apertura y puesta en marcha de la actividad.

Una cuestión fundamental en nuestra manera de trabajar, es el entendimiento de que la figura de los servicios de arquitectura, no se ciñen exclusivamente a la prestación de unos servicios tales o cuales. No sólo por disposición legal, el arquitecto debe estar para asesorar al cliente, debe ser una figura de apoyo técnico. No debe ser un agente de la edificación cuyos intereses se contrapongan a los del propio cliente.

Con ese espíritu de colaboración permanente enfocamos todas nuestras energías para que el cliente quede plenamente satisfecho.

Esta empresa está acostumbrada a establecer, como se ha dicho, una relación muy fluida arquitecto/cliente, que va más allá de una mera relación mercantil. Estamos habituados a abarcar cuestiones no solo de índole técnica o urbanística, sino de índole legal, de diseño o imagen, de procedimientos, de tramitaciones, y con una máxima, la de ofrecer al cliente un conocimiento pleno de la situación y de las posibles alternativas o soluciones.

No nos engañamos, ni engañamos a nuestro cliente con falsas expectativas, lo que puede ser, será. Nunca daremos orientaciones irreales, ni aceptaremos en ningún caso que se puedan dar pasos en falso que puedan acarrear problemas con posterioridad.

Nuestra mayor satisfacción, es la de saber que nuestro cliente queda satisfecho, y por ello nuestra labor se encamina únicamente en buscar las soluciones y alternativas dentro de lo que la legalidad permite, para que así sea.